Querido sueño, queridas noches.

Nuevamente estoy en un periodo de insomnio, mal combinado con uno de ansiedad… noches largas y de «malos pensamientos»; de esos que no te dejan dormir y los cuales -aún si logras dormir- te visitan en sueños para robarte el descanso.

Es un círculo vicioso porque amaneces -si se puede aplicar esa definición para dos horas de sueño-, incapaz de pensar con claridad y con ansiedad in crescendo.

Como siempre, ya me he tomado los remedios prudentes aunque me falla mentalización… ya estoy tan acostumbrada a esto que ya no me desespero de estar en vela, pero sí pierdo la esperanza de dormir. No creo que ayude mucho, aunque no hay mucho que hacer. Es como si mi mente entrara en un estado de pausa en el que sin más padece esta situación sin generarse en el momento ningún tipo de sentimieno ante los pensamientos agitados y desesperanzadores… como si ya me hubiera acostumbrado, si se puede decir así, a este fenómeno de vigilia del sueño, estar despierto viendo el pasar de las horas mientras se está «dormido».

Querido sueño, queridas noches, robadas!
Lobo que vives dentro: me consumes, te recreas, te despiertas.
Ladrón de instantes; de momentos que ya no podrán ser. Te llevas pedazos de mi cuerpo a voluntad.
Pero mi corazón y mi alma no serán nunca tuyos. Son posesión de Aquel que sí tiene la última palabra

.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.